lunes, 27 de diciembre de 2010

DON Y CASTIGO

"Primavera" Ludovico Einaudi


Penélope nació con un don. El don de la hipersensibilidad. Sensibilidad hacia todo cuanto la rodeaba. Ella podía llorar al oír el viento en un gélida mañana deslizarse entre las calles de su ciudad. ¿Y por qué llorar? Porque en el viento podía sentír las lágrimas de felicidad que él arrastra, sentir los amores no correspondidos, las despedidas para siempre, las ausencias presentes convertidas en ceniza...Era capaz de sentir el dolor de cualquiera que estuviese junto a ella y permaneciese callado. Podía ver el miedo en los ojos de un viejo que se cree obsoleto para la vida, y también sentirlo. Se sentía incómoda ante aquéllas personas que enmascaran mezquindad en sonrisas forzadas, huía de quién urdía una red de sociabilidad para camuflar su cinismo cuyo aguijón clavan cuando su presa está desprevenida.

Y aunque tenía la gracia de la palabra escrita y hablada, había veces en las que prefería callar porque no encontraba las palabras con las que llevar al plano físico los sentimientos que recorrían su ser.

Pero también recibió una advertencia: "si no aprendes a controlar el don que recibes, sufrirás el castigo de enamorarte de todo aquéllo que subleve tus pasiones, ya que tú has de controlar la pasión, y no a la inversa Penélope"

Obviamente Penélope sucumbió al dulce abrazo de sentir intensamente, de vivir al borde del abismo sentimental. Necesitaba sentirlo todo como si fuera la última vez.
Ella era capaz de enamorarse de una mirada, de una sonrisa, de un abrazo, de un caminar hacia ella, de un email, de una confesión, de una tristeza.

La cara oculta era la facilidad con la que su corazón podía desbocarse al recordar personas que la habían herido hasta casi acabar con ella. El sudor invadía su piel al rememorar el dolor, la traición, el engaño. Y durante años sus sueños se apoderaban de ella hasta el sonambulismo. Pesadillas en las que se veía enterrada viva, la sacaban de la cama para llevarla a deambular por su casa buscando una salida que sólo existía en el mundo onírico. Aquéllas pesadillas eran la única válvula de escape que tuvo durante mucho tiempo.

Compartíó parte del camino con otros tocados por el mismo don. Seres que no pudieron aprender a caminar sobre la fina linea que separa la locura de la cordura.

Incapaz de encontrar el quilibrio, hizo su elección. Y escogió, sabiendo de antemano que serían muchas las lágrimas que derramaría cada vez que sintiera, cada vez que la chispa de la ilusión prendiera en su corazón. Un corazón lo suficientemente grande como para albergar todo el dolor que puede recibir alguien que sólo sabe amar, alguien que cuando se enfada se siente tan culpable que a veces no puede dormir. El corazón de alguien que lo más que puede hacer es dejar resbalar lágrimas de rabia ante quién la hiere, ante quién la trata a patadas.

Eligió sentir. Sentir la belleza que todos podemos emanar, la bondad, la dulzura, el amor. Y también eligió sentir la desilusión, la tristeza del que se sabe no correspondido. La impotencia de quién es rechazado sin haber tenido oportunidad alguna para mostrar qué ofrece. El desasosiego del que no entiende la hostilidad que recibe. El abatimiento de quién quiere amar y no  puede porque no deja marchar a quién ya no está.

Eligió y tembló de miedo. Miedo de no saber si podría soportarlo. Miedo a encontrarse en la tesitura de desear entregarse por completo, de quedarse en cueros y en las manos de....¿quién? Y lloró e imploró a los dioses que hiciesen llegar a su vida seres capaces de saber recoger con delicadeza aquél corazón cansado; el alma que en una vida había completado ya varias. Alguien capaz de poder ver en aquéllos ojos que tanto habían visto, alguien capaz de comprender las palabras no pronunciadas. Palabras que encerraban el don y el castigo de Penélope.

domingo, 19 de diciembre de 2010

EL VENDEDOR DE ALFOMBRAS



"Devenire" Ludovico Einaudi

Cuando preparaba mi primer viaje a Tailandia, leí y pregunté mucho. Me dieron muchos consejos. Unos los seguí, otros no, y otros...otros ví que no iban conmigo.

Uno de esos consejos, fue que no me dejara engatusar por los guías, taxistas, conductores de tuk tuk, etc que quieren llevar al turista a negocios (joyerías, tiendas de alfombras, de seda...) con el fin de que compren algo. Ellos se llevan una comisión, les pagan gasolina, o qué sé yo.

A los pocos días de llegar a Bangkok, ví que a mí no me importaba que me llevaran a alguna tienda. Entraba, me paseaba y de paso me refrescaba bajo la potencia de los aparatos de aire acondicionado. Pasaba el rato viendo joyas, telas, vestidos...no me importaba.

Chiang Mai es una ciudad al noroeste del país. Allí contraté una excursión en elefante, ¡toda una experiencia! Dang, era la mujer que estaba al frente de aquélla oficina, en la avenida principal. Era una mujer divorciada, muy alegre, extrovertida y a quién le caí muy bien.
Mi última noche en la ciudad, me llevó a cenar, a un karaoke (tailandés, nada que ver con los nuestros) y a darme un buen masaje (llegué a roncar!)
Pero el día de la excursión, después del safari con el elfante, fuimos a tomar una coca-cola (congelada por favor) a un lugar en el que había tigres. Luego, quiso llevarme a un lugar dónde vendían alfombras, que sólo mirara, me dijo, y así a ella le darían un bono para gasolina. Tenía todo el tiempo del mundo, así que pensé ¿por qué no?

Lo que yo no sabía era la razón por la que llegué a aquélla tienda perdida en algún lugar de las montañas.
Entré en una tienda perfecta y deliciosamente refrescada por el aire acondicionado modo "Siberia" Paseé entre sus pasadizos. Alfombras de diferentes tamaños colgaban del techo, en las paredes, descansaban en el suelo. Estampados de diseños altamente imaginativos lo llenaban todo. Pronto perdí la orientación y me dejé llevar entre los vivos colores. Llegué a un recoveco cálidamente iluminado. Había una luz especial en aquélla zona de la tienda porque las alfombras que allí lucían necesitaban más luz para mostrar los matices de los colores y diseños en su máximo esplendor.

Y allí, parada frente a una alfombra persa de dimensiones colosales y cálidos colores me senté a descansar un momento.
No le oí acercarse. Un hombre de tez muy oscura, pelo muy negro y ojos más negros todavía, me miraba y sonreía. Vestía un traje gris oscuro, muy elegante, que resaltaba su delgadez y sus muchos centímetros de altura. Me habló de la alfombra, pero en seguida, empezamos a hablar de otras cosas que no tenían nada que ver con alfombras. Le expliqué qué me había llevado a hacer aquél viaje tan largo y tan lejos de mi hijo. Le hablé de cómo me sentía en aquél momento. Él me dijo que en Cachemira tienen un refrán que traducido sería algo así:

"Cuando dos personas han de estar juntas, no importa lo que hagan ni lo que pase. Acabarán estando juntas. Y lo mismo ocurre cuando no han de estarlo. No importa lo que hagan porque no lo estarán"

El camino de vuelta en el Toyota de Dang lo hice todavía incrédula ante el mensaje que había llegado a mí, en el cómo y en el portador.
Y hoy, más de dos años después recuerdo esas palabras, y la forma en que llegaron a mí. Sabio refrán que he podido comprobar cuán cierto es.
En el amor, no importa lo que hagas. Cuando ha de ser, sencillamente es. Cuando la mente humana campa a sus anchas, suele ser cuando se estropea, se acelera, se tuerce todo.
Es como lo que me envió una tailandesa a la que no conocía, a través de un email: Un dicho tailandés que reza: "Cuanto más corras detrás del amor, más se alejará de tí"

Así que como los pétalos del diente de león, es bueno dejarse llevar. Con calma, suavidad y aceptando.

viernes, 10 de diciembre de 2010

COSTE DE OPORTUNIDAD

"Give me one reason" Tracy Chapman

Entro en el bar, pido un café y aunque todas las mesas están vacías (salvo una) me siento en la que está más alejada de la puerta. El bar está en silencio, tan solo el sonido de la radio acompaña mis pasos hacia las mesas.
En la única mesa que está ocupada por dos hombres, descansa el periódico. Me acerco y con un gesto pido permiso para cogerlo. Uno de ellos, me lo ofrece con una sonrisa cortés.

Me siento de espaldas a ellos, a la puerta y al bar en general. Como buscando de forma refleja aislarme. Al abrir la primera página del periódico, me doy cuenta de que no podré concentrarme debido a la conversación de los ocupantes de la otra mesa. Uno de ellos, el que está a mi espalda, atrae mi atención irremisiblemente con sus palabras. No tiene una voz ni demasiado aguda, ni muy grave. No grita y tampoco susurra. No tiene ningún acento marcado. No hay nada rutilante en su voz. Sin embargo, la reconocería si volviera a oírla. Quizá porque no recuerdo su cara. No me fijé en él cuando les pedí el periódico. Y se marcharon antes que yo...

No puedo contextualizar la conversación...tan sólo lo que oí. Y fue lo siguiente: "¿Sabes lo que ocurre justo antes de que suceda algo increíble, algo que te rompe los esquemas? ¿justo antes de que un sueño se haga realidad? NADA...no pasa nada. Al menos en el mundo físico. Así que si te da la impresión de que no está pasando nada en tu vida, considéralo una señal"

Y yo me quedé allí sentada, con el periódico abierto, dando la falsa sensación de estar leyéndolo pero con aquéllas palabras dando vueltas en mi cabeza.

Hoy he conocido a una persona, que sin duda ha generado un efecto mariposa en mí. El incoveniente es que mi torpeza no me permite comprender ni atisbar hasta dónde alcanza su impronta en la persona que soy... Algo así como cuando dos personas están casi en la misma frecuencia....pero ahí está el matiz, en el "casi" Ambas pueden intentar comunicarse, pero siempre habrá uno de ellos que sienta que no alcanza a entender, que no "conecta" que comprende porciones, pero no el todo. Que huele la tarta...pero no la ve. Y el otro sabrá que no está siendo comprendido, que está hablando con un sordo que sabe leer los labios pero que sólo fija los ojos en ellos a ratos.

La torpeza nos aturde y una de las consecuencias de este desconcierto, hace que necesitemos etiquetar una atracción, de forma muy posiblemente equivocada.

Pero creo que los tiros van más encaminados al "efecto Dorian Gray" tranquilo, me lo acabo de inventar. Es algo así como conocer una persona-espejo (también me lo acabo de inventar) Dorian Gray quiso conservar su belleza y su juventud, llevando una vida de hedonismo galopante. A cambio envejecería su retrato, y en él quedarían también grabados sus pecados. Cuando pasado el tiempo, Dorian se enfrentó al retrato, no pudo soportar la imagen que le devolvió el cuadro, y su cuerpo envejeció y se corrumpió de forma acelerada provocando su muerte. Sería algo así, aunque menos retorcido y tenebroso. Una persona-espejo: alguien que puede mostrarte tu alma. Al interactuar con ésa persona, puedes ver valores que ni imaginas, defectos en tí que ni intuías, potenciales que no creías merecer.

Saber no es suficiente. Hay que recordar y aplicar en el momento preciso.

Hoy, he aprendido/recordado, que los sentimientos, emociones...requieren tiempo. Que la impaciencia no permite sentir. Que sentirse muy próxima a un hombre no tiene por qué preceder a una relación sexual ni al estado de enamoramiento. Que todo es temporal. Que soy admirable. Que la fuerza que hay en mí, se me escapa torrencialmente por la mirada. Que toda elección/decisión conlleva una renuncia. Que cuánto mejor calibremos las consecuencias de toda opción, mejor decidiremos. Que cada día es una nueva oportunidad. Que la bondad y el desinterés del ser humano están en jaque cada segundo...ergo, debería atar corto a la Heidi que hay en mi. Otra cosa increíblemente sensacional que me ha ocurrido hoy: me han pedido que retoque/escriba un libro. Y no sé si me resulta más interesante el proyecto en sí, o la persona que me lo ha pedido....

Soy consciente de que este "silencio" de acontecimientos relevantes, ruidosos, espectaculares que envuelve mi vida, mi rutina, no es más que una señal. Y que soy tan zoquete, que me he tenido que tropezar con una persona-espejo que me ha mostrado que el "Dorian Gray" del espejo no es más que un alma, con sus circunstancias (pasadas y presentes) hospedada en una mujer admirable, que además, escribe muy bien (creo que esto último, nunca lo creeré de verdad)

"Coste de oportunidad" otro concepto que me han enseñado hoy. Utilizado en economía, significa evaluar el coste de la inversión de los recursos disponibles en una oportunidad económica. Es decir, ¿estás dispuesto a "pagar" el precio de lo que te cuesta algo? ¿Te compensa?
Llevado al extremo absoluto, ¿cuál es el fin de una vida? ¿Ser feliz? ¿encontrar el amor? ¿Amar y ser amado? ¿alcanzar una maduración espiritual? Y lo más importante: ¿estamos dispuestos a pagar el precio de lo que queremos? ¿Compensan los pros a los contras?

Definitivamente estoy más que dispuesta a pagar -y con mucho gusto- el coste de oportunidad de mi vida.

domingo, 14 de noviembre de 2010

UN SUEÑO, UN ENCUENTRO Y PENSAMIENTOS

 "Orchid" Alanis Morrisette


Cuida tus pensamientos...
… porque se volverán palabras

Cuida tus palabras...
… porque se volverán actos

Cuida tus actos...
… porque se harán costumbre

Cuida tus costumbres…
… porque forjarán tu carácter

Cuida tu carácter…
… porque formará tu destino


Y tu destino será tu vida

Mahatma Ghandi

Un domingo que he decidido tomarme para estar en silencio, observando mis pensamientos y advirtiéndoles de que aquí mando yo, y no ellos. Y me está resultando divertido. Eso de estar callada, y observando mis pensamientos tiene su qué.
Algunos son recurrentes de las últimas semanas, pero también hay nuevos. Al despertar, recordaba lo que había soñado (ahora ya no) pero concretamente una frase "ardo en palabras" y sé que en el contexto del sueño indicaba que tenía mucho que decir y muchas ganas de hacerlo. Y también a quién.

Hace unos cuantos años tuve un compañero de trabajo que me gustaba mucho. Yo, como era una cazadora, hice lo que sabía hacer, o lo que creía que sabía hacer, intenté que se fijara en mí. Pero de una forma torpe, directa y sin disimulo a sus ojos. El chico, no se sentía atraído por mí, pero era "yin" o lo que yo califico como persona reacia a manifestar sus deseos abierta y claramente. Y me dejó hacer...hasta que yo me dí cuenta por mi misma de que le atraía tanto como un filete de pescado hervido.

Con el tiempo, me dí cuenta de que me hacía falta practicar muchísimo más en la seducción. Pero de eso hablo otro día. Y siempre me quedó el recuerdo agridulce de haber hecho el ridículo a cambio de un paseo cogidos de la mano. Él tenía novia entonces (recuerdo su nombre)

Pues bien, todo este rollazo, para contarte que esta semana, esperando a cruzar un semáforo, lo ví cruzar hacía mi acera. Nuestras miradas se cruzaron directamente, pero él no me reconocío (y no lo fingió) yo, como si le hubiera visto el día anterior, le dije: "hasta luego Juan" (no se llama así, evidentemente) Volvió a mirarme, y pude ver los pasos que dio su cerebro:
1.- ¿Quién es esta?
2.- Me es familiar...¿de qué me suena?
3.- ¡Mírala! aquella chica...¿cómo se llamaba?

Entonces, esbozó una tranquila sonrisa (todo él era tranquilo) Yo no me moví de la acera, esperé a que él llegara. Estuvimos hablando unos minutos...¿tal vez cinco?
Rápidamente nos pusimos al día de lo relevante y no demasiado íntimo de nuestras vidas. Aunque yo, sí fuí un poco más allá dado que él me dio pie. Tampoco más allá, no vayas a creer. Me refiero a qué le hablé más de tú a tú, cruzando la fina línea de lo trivial y frívolo con que hubiera hablado a cualquier otro compañero de trabajo de aquél entonces.

Me dijo que se había casado, pero que no tenían hijos. Que lo estaban pensando y no se decidían. Yo le dije que estaba divorciada, que tenía un hijo, y le dije qué opino sobre la maternidad/paternidad. (Nota: no sé por qué siempre que tengo ocasión, manifiesto mi opinión sobre tener hijos, sabiendo que se sale de lo normal, de lo convencional, de lo políticamente correcto....ayer leí algo que me gustó: comparte tu experiencia con quién pueda recibir inspiración a través de ella, y me encantó)

Mientras charlábamos, le observé con detenimiento la cara, la expresión de sus ojos, su voz, intenté ver qué captaba de su energía...y llegué a una conclusión: no tenía que ser nada entre él y yo. Así que pude sentirme bien, y despedir la bruma con un ligero toque de melancolía con la que a veces le recordaba.

Últimamente ando dividida entre seguir con este blog o no. Por un lado, me gusta escribir, y me gusta explicar mis cosas entremezclándolas con mi punto de vista sobre ellas y sobre todo en general; pero no tengo tiempo y tampoco muchas ganas de seguir escribiendo. Y además, no me gusta el hecho de ver que hay personas que sólo leen. No me dejan comentarios. Me gustan los comentarios, no solo porque alimentan mi ego, sino porqué así puedo ver qué piensa quién me lee sobre mis escritos (si gustan, si no, si aburren...) además, y quizá esto es lo que más me mosquea, si veo que se me lee, pero no hay ningún comentario, la sensación de estar aireando mi intimidad en un balcón de la plaza mayor de un pueblo, es inquietante.

Sinceramente, creo que lo que me ocurre ya no es tan interesante como para escribir un blog sobre ello...o quizá se trate de que me abandonó la inspiración. Sería muy probable.

Así que no sé, supongo que todo tiene su momento, y el final de Mi plan de viaje ande cerca. Y es que al fin y al cabo, todo son etapas que abrimos y cerramos.

jueves, 4 de noviembre de 2010

¿Te imaginas?


"Imagine" Versión de la serie Glee


Me gusta imaginar un mundo dónde nadie fuera rechazado. Ni por su raza, su origen, o su condición.
Dónde no sintiéramos el dolor del amor no correspondido, ni la zarpa de la cobardía de las personas hiciera mella en nosotros. Por cobardía se han cometido injustícias y actos crueles.

Imagino que el miedo no existiera. Qué uno pudiera soñar y tener la capacidad de convertir sus sueños en realidad sin sufrimiento, y fuera capaz de valorarlo y disfrutarlo como si le hubiera costado sangre y lágrimas.

Me gusta soñar con un mundo dónde las relaciones entre las personas fueran sencillas, y unos y otros fuéramos atraídos por personas con idénticos sueños, y no acercarnos a personas que quieren lo opuesto a uno. Dónde todos fuéramos felices con lo que tenemos, ni más ni menos.
Un mundo en que no hiciera falta representar ningún papel, y dónde uno pudiese mostrarse vulnerable, sin el terror que una gacela solitaria siente en medio de la savanah, sabíendose con los minutos contados rodeada de leonas.

Imagina un lugar en el que llorar estuviera tan bien visto como reír.

Imagina el tiempo en que la enfermedad devastadora no destruyera a una persona antes de llevársela envuelta en restos de colgajos de la sombra de lo que un día fue.
Madres y padres, capaces de desarrollar vínculos sanos y amorosos con sus hijos; un mundo en que los niños no sintieran frío de amor, en que ningún niño quedase desprovisto de besos y abrazos cálidos.

Imagina un mundo en el que pudieras mostrar cariño y dulzura con la misma tranquilidad con que mostramos la indiferencia al dolor ajeno. Un lugar en el que las miradas de desprecio e indiferencia no existieran.
Sé capaz de imaginar un tiempo en que quedase prohíbido decir "te quiero" sin demostrarlo.

Un mundo en que la espera y la añoranza se vieran recompensados con creces. Dónde las lágrimas de tristeza, de miedo, de impotencia, se convirtieran en gotas de paz.

Imagina por un momento no volver a sentirte nunca más rídiculo ante la perplejidad de a quién le acaban de tomar el pelo.

Me gusta especialmente imaginar un mundo en el que dejaran de etiquetarme como soñadora o "rara" Aunque no me siento sola, porque sé que no soy la única soñadora o rara.
Imagina conmigo un mundo donde nadar contra corriente, hacer y vivir de forma diferente a "lo que toca" no estuviese mal visto.

¿Te imaginas poder coger lo que quisieras y que los deseos que pudieran hacerte daño no cobrasen forma ni siquiera en tu cabeza?

No tengo que imaginar que un mudo puede hablar, ni que un sordo puede oír, ni que un ciego puede ver. El amor puede comunicarse aún con algunos sentidos mermados. Pero imagina un mundo dónde nuestra capacidad de amar no se viera mermada por otros factores, como la cobardía, el miedo...

Seguiré soñando con todo esto y más; con un mundo dónde querer no equivaliese a poseer. Un mundo donde la libertad viviese más allá del diccionario y de los labios que la pronuncian a la ligera.

Nacemos libres y deberíamos vivir y morir libres. Imagina que vives tu vida en pos de ése objetivo: TU LIBERTAD


Y me recrearé en el micro universo perfecto que cada mañana se crea en el espacio existente entre la mirada mía y de mi hijo, segundos antes de que me diga: "te quiero más del mundo"

Dedicado a V.d.P. A veces lanzo mensajes entre líneas, y tú sabes leerlos. Gracias

jueves, 28 de octubre de 2010

SE ABRE EL TELÓN



"Life in technicolor" Coldplay

El ser humano no se comporta de igual modo como individuo que estando en grupo. Es como si la vida fuera un gran escenario en el que se representan muchas funciones a la vez, cada una de ellas compuesta de varios actos.

En mi trabajo hay una rotación anual. Ello implica canbiar el lugar de trabajo, tener compañeros y un encargado diferentes. Este año, no he podido llegar a la vez que todo el mundo al lugar nuevo de trabajo por estar convaleciente de la operación del mes de septiembre; lo que hizo que cuando me incorporé, los grupos estuviesen consolidados, y cada persona asumiera su rol.

Esto ha provocado que me sienta fuera de lugar, sin encajar. Soy una persona muy sociable, y acostumbro a adoptar el rol de persona alegre, bromista y quizá un poco la que tira del grupo.
Pero esta vez es diferente. La gente ya ha trabado más confianza con unos, distancia con otros; todos han asumido su papel (el bromista, el protagonista, el discreto, el que cae mal, el conflictivo, el neutral...) menos yo.

No me gusta esforzarme por caer bien, ni busco la compañía de los compañeros con desesperación. En mi trabajo pasas muchas horas solo, y la compañía a la hora del almuerzo (por ejemplo) se agradece y casi diría que se implora (los hay que lo hacen) En cambio, hay un cierto espíritu independiente y solitario en mí. Por otro lado, me irrita tener que buscar la conversación cuando sé que ello implica forzarla.

Así que he adoptado el rol que ha ido cayendo por si solo: voy a mi aire, sin marginarme en exceso. Un dificil equilibrio. ¿Por qué dificil? Porque cuando una persona se desmarca del grupo, algunos integrantes de dicho grupo (los que no piensan más allá) pueden creer que esa soledad no es aceptada, sino consecuencia de que ésa persona no cae bien o no es aceptada.

No es algo que sea el centro de mis preocupaciones, pero sí es cierto que me incomoda un poco. Me incomoda porque hay gestos, detalles que hacen que modifique mi conducta; que me frene a la hora de hacer algún comentario, o que no haga bromas por no querer sentir que la gente no me sigue. ¡Qué complicada que es la psicología de grupo!

Supongo que al fin y al cabo de lo que se trata es de convivir con un estado de desubicación pasajero.

Mientras, me gusta pensar que el trabajo no es un fin, sino un medio. Que la vida "de verdad" es aquélla en la que somos nosotros mismos los que decidimos el decorado, y los personajes. Los seres que nos dibujan sonrisas, nos sacan risas y todas las emociones que como seres humanos tenemos el privilegio de vivir, sentir y compartir.
Está claro que no somos autómatas, aunque haya quién viva como tal. Pero para mí ir a trabajar es una obligación con la que he de cumplir para poder vivir y disfrutar de mi vida.

Estos días disfruto de unas mini vacaciones (resto que me reservé de las de verano) así que cargaré las pilas para cuando vuelva. Además, me volveré a encontrar con un cambio de lugar de trabajo, y nuevos compañeros.
Así que me comportaré como libra, el horóscopo que, según los astrólogos busca el equilibrio sin cansancio; un estado que sólo puedes experimentar cuando consigues nivelar tus demonios y tus ángeles; cuando eres capaz de mantener dentro de una franja tu quietud interna. Cuando no hay picos de euforia y de angustia.

Qué lejos estoy todavía...

domingo, 24 de octubre de 2010

GRANDES MENTIRAS II




Creo que estamos malinterpretando fatal lo que es querer a una persona. Queremos con condiciones, de forma interesada, esperando algo a cambio, pasamos por encima de la libertad de la otra persona.

Seguro que si miras a tu alrededor, encuentras más de una relación con esta érronea forma de amar.

Cuando se ama, deberíamos desear la felicidad de esa persona, aunque no sea a nuestro lado.

El viernes, un compañero de trabajo me habló de su novia, y le pregunté cómo se conocieron. Una historia muy bonita, la verdad.

Él acababa de terminar una relación de la que se llevó la peor parte. Conoció a su actual novia, pero él le dijo que no podía comprometerse, que acababa de salir de una relación. Pero que con ella estaba muy a gusto, muy cómodo, pero que de compromisos nada. Ella aceptó y decidió esperar por si algún día ocurría el milagro.

Y así empezaron a llevar una relación de pareja, pero sin .la etiqueta. Incluso, él había tenido algún escarceo puntual y superficial en alguna salida de sábado. Pero siempre volvía a ella.
Cuando salía el tema, y ella le preguntaba si estaba listo para una relación, él le decía que no quería hablar de ello porque se sentía agobiado. Un día, para dar por zanjado el tema, le dijo: "el día que decida pedirte una relación oficial no lo olvidarás jamás" (se me puso la piel de gallina)

Y así estuvieron un año y medio. Hasta que un día, mi compañero, le dijo a su "amiga" que se vistiera para una ocasión especial y esperase que la fuese a recoger. Para ello, alquiló una limusina, dieron una vuelta por la ciudad mientras tomaban champán, y después de una cena romántica en un restaurante escogido para la ocasión, la llevó a un hotel, que tiene habitaciones espectaculares. La suya se convertía en la bóveda celeste al apagar la luz.

¿Qué hizo que mi compañero decidiera dar el paso y comprometeres? Me respondíó que no hay una mujer que le llene y le entienda tanto como ella. Llegados a este punto me puse a llorar. Mi compañero se sorprendió, pero intentó consolarme. La historia me pareció preciosa. Como un cuento con final feliz. ¡Como para no emocionarse! Qué pena que llorar ante algo así, en público, delante de un compañero de trabajo, esté visto como algo fuera de lugar.

Supongo que soy una romántica...ingenua, ilusa, así que yo decido ser fiel a mí misma y coherente. Cuando amamos, amamos sin condiciones, sin esperar nada a cambio. El amor brota de nosotros. Y nuestro único deseo es ofrecer refugio, felicidad, placer, alegría a la otra persona.

Aquí estaré, y si mientras ocurre el milagro (ocurrirá, estoy segura) mi amor volverá a mí multiplicado.

jueves, 21 de octubre de 2010

GRANDES MENTIRAS I


"I look to you" Withney Houston


Imagina que subes a un coche. Arrancas el motor, y gradualmente vas aumentando la velocidad. Y cuando llegas a los 150 km/h, algo te obliga a reducir la velocidad hasta los 40 km/h en tan poco tiempo que dejas neumático en el asfalto.

Algo parecido es lo que me hace escribir esta entrada, esta noche de jueves. Me encuentro introduciendo orden, hábitos, rutina en mi caótica vida. Pero he tenido que detenerlo todo, para sentarme hoy y escribir.

Creo que el ser humano es el peor enemigo del ser humano. Algunos formularon grandes mentiras que otros convirtieron en grandes axiomas. Pasando de generación en generación, de padres a hijos, de amigos a amigos.
La ciencia aboga por comprobar y demostrarlo TODO, por ensayo y error hasta la saciedad. Si no, sencillamente, no existe.

Las últimas semanas me he hartado de oír "no puedes controlar de quién y cuándo nos enamoramos" Primera GRAN MENTIRA. Se puede controlar. Hay dos factores clave: el tiempo y la mente. Ambos, serán nuestros mayores aliados o enemigos. O ambas cosas a la vez. Sí que creo en que hay un punto de "no retorno" y ése punto llegó demasiado pronto, como una furiosa tormenta de verano...no lo ví llegar. Tampoco hubiera frenado.
Dediqué tiempo y pensamientos. Si no lo hubiera hecho, no estaría escribiendo esto hoy.

En mi caso han sido mis enemigos en una primera etapa. Y digo esto, porque son los responsables de hacer que la felicidad, y la emoción se hayan convertido de forma gradual pero inexorablemente en insatisfacción primero, y en sufrimiento después. Ahora, es el momento de convertirlos en mis mayores aliados.

Cuando me divorcié, no fuí consciente del tiempo que iba a necesitar para reubicarme. Ha sido al mirar atrás, al encontrarme de nuevo con las compuertas bajadas, cuando he sido consciente de que he necesitado dos años para sentirme preparada para volver a enamorarme.
Sí, me he enamorado. Pero no es el momento (tiempo) y posiblemente no de la persona "correcta" (mente) no voy a ahondar más en detalles.

Toda experiencia vivida, dolorosa o satisfactoria, entraña una lección que aprenderemos. Algunos a fuego, y otros olvidarán a la misma velocidad que la Tierra gira sobre si misma.
Sé que una cosa es que te adviertan de los peligros, y otra que algunas personas aprenden a base de experimentar en carne propia. Yo soy de estas últimas. Sabía que la capacidad de amar del ser humano es ilimitada...pero, experimentarla por mi misma no tiene precio.

Después de todo lo que he vivido, creí que mi cota de amor estaba agotada, o cuando menos, su calidad había mermado, dejándome sólo capacitada para pequeñas dosis de amor. No creí que quedase en mi la explosión de un enamoramiento que nos hace comportarnos como enfermos, obsesos, torpes, tímidos. Estaba equivocada.
Y después de todo, puedo decir que el haber comprobado por mi misma que el amor que hay en mí, está intacto, no tiene precio. Para quien sea que llegue a mi vida...o para morir conmigo.

Siendo fiel a mi filosofía, esta lección ha tenido un maestro. Una persona que se ha cruzado en mi vida (síiiii, este del que me he enamorado) ha sido gracias a él que he experimentado que el amor de una persona es INFINITO. Que no importa cuánto daño te hayan hecho. Se regenera milagrosamente. Una y otra vez.

Pero cuando te subes a un bote, has de mover los dos remos en la misma dirección, al mismo tiempo y con idéntica intensidad. Si no lo haces, no avanzarás, y lo que es peor, darás vueltas sobre ti mismo....y no avanzar en la vida es terrorífico, porque el tiempo no perdona, y va a avanzar igual, lo hagas tú o no.

Hay quién me lee, a pesar de que los que se animan a dejar su huella aquí sean pocos. No importa. A todos os digo, que no estoy "destrozada" estoy triste. Pero lo estoy porque de igual manera que tuve claro en seguida que me había enamorado (hay quién me ha dicho: "pero si es muy pronto") tengo la certeza de que la historia hubiera sido hermosa. A veces no estamos preparados, otras el miedo nos paraliza. No importa cuál es la razón. Lo que importa es que ahora no puede ser.

La historia podría continuar, es cierto. Pero presumo cuál sería su final, y en última instancia no quiero acabar DESTROZADA una vez más. Todos tenemos el derecho de mostrar nuestras condiciones, y todos tenemos el derecho de aceptarlas o no.

Y ese "no puede ser ahora" es el que me hace aliarme con el tiempo y la mente.

Tiempo para pasarlo ocupada en mi vida, mi trabajo, mi hijo, mis otras obligaciones, mis causas humanitarias, mis otros dos blogs, mis amigos, mis hobies...

Mi mente, ésa que no ha parado de darme por saco estas semanas, saboteando cualquier pensamiento que no fuera "él", ésa que no me ha dejado pensar en nada más, la misma que me ha jugado malas pasadas de memoria, de insomnio, de sufrimiento. Mente que me ha encerrado en una jaula con una rueda y me ha hecho subirme a ella y correr y correr sin moverme de lugar, llevándome hasta el agotamiento. Ésa mente es la que ahora ha de ayudarme a coger este dolor y convertirlo en un salvavidas que no va a permitir que yo sufra más.

¿Cómo me siento? Triste porque siento que ha durado demasiado poco (si es que es hora de terminarlo...) un poco avergonzada, porque la única responsable de haberla cagado, soy yo. Y abochornada también, por haberme dejado llevar de esta manera tan escandalosa e irresponsable.
Angustiada porque no quiero entrar en un bucle de obsesión y sufrimiento (bueno, en realidad llevo en él unas semanas, pero lo compensaba el verle)
Asustada, porque no sé cuánto tardaré esta vez en volver a abrirme. Ahora mismo, mi impulso más feroz, es cerrar filas, y volver a emanar una simpatía y ganas de vivir fictícias. Creo que es más una cuestión de supervivencia.

Y poco más. Que realmente no sé qué va a ocurrir a partir de aquí.

Hace poco, oí una opinión sopbre la gente que escribimos en un blog; nos tachó de frustrados incapaces de relacionarse socialmente de una forma "normal" (puto concepto)
Para mí es terapéutico. Me alivia saber que hay personas que leen mis pensamientos. Todos los tenemos, todos tenemos experiencias tristes, felices. No soy un bicho raro por escribir aquí sobre algunas de las cosas que vivo. Al menos no me siento así.
El día que me canse o que cambie de opinión, dejaré de hacerlo. Digo esto, porque esta entrada habla de algo que considero muy personal, pero no por ello voy a dejar de seguir el impulso de sacarlo, ni a renunciar a lo tranquila que me he quedado al cerrar la entrada.

Imagen tomada de: http://elmundodewilhemina.blogspot.com/

miércoles, 6 de octubre de 2010

PACTO DE AMISTAD

"Ain't no mountain high enough" Aretha Franklin


Para mí la única diferencia entre el amor (románticamente hablando) y la amistad, es que en el primero hay una implicación sexual, y en el segundo no. Ninguna más.

Un mérito especial le otorgo a la capacidad de permanecer "ahí" con el paso de los años, sin sucumbir a las circunstacias. Y aunque los vaivenes nos hagan ir y venir, acercarnos y alejarnos, nunca se pierde el contacto del todo. Cómo dos aves volando una junta a la otra, o dos hojas deslizándose por el curso de un río.

Para mí es un lujo tener a alguien con quién compartir lo que deseemos y podamos. Alguien a quién tender la mano para que nos la sujete, o para sujetársela. Y aunque es complicado, ralla la perfección el amigo al que le puedes contar lo que sea porque sabes que no te va a juzgar; aquél que es capaz de conectar alma con alma, y comprender de qué le estás hablando. Pero considero tan amigo a aquél que te escucha y te regaña, se escandaliza ante según qué relatos.
Pero lo que no acepto, es el amigo que ejerce de Pepito Grillo sin tú haberlo pedido. Y es que ser amigo, es todo un arte, no me cabe duda.

La vida te marca, te deja cicatrices y a veces heridas que te marcan para siempre. Una de mis cicatrices me la hizo una amiga de infancia; alguien a quién durante años etiqueté como "mejor amiga" sin serlo. Era una amistad forjada en la infancia...pero el error fue que dicha amistad no creció con nosotras, ni se aclimató a la evolución que ambas vivimos al convertirnos en adultas. Una amistad viciada. Ella no fue una amiga. Y así me lo demostró con el tiempo.

Con los años, y con ayuda, pude asimilar aquello, comprenderlo y perdonarlo. Pero la marca que me dejó en el alma es que no quiero "mejores amigas" no quiero volver a etiquetar así a nadie más. Lo que hago ahora es que selecciono muy bien a quién califico como amigo-a.

Por la vida que he tenido conozco a mucha gente. Con unas personas tengo una relación más estrecha, con otras menos. A veces los lazos se estrechan o se aflojan, en función de las circunstancias y los momentos que atravesemos. Para mí conocer a mucha gente me ayuda a darme cuenta de que en el fondo estamos más solos cuánto más rodeados de gente...al menos yo funciono así. En otras ocasiones, me recuerda que las relaciones hay que mimarlas. Algo así a que en una orquesta, cada miembro sólo puede tocar un instrumento a la vez.

Me gustaría hablar de todos y cada uno de mis amigos, pero restaría el protagonismo que merece cada uno de ellos; así que hoy hablaré de una de mis AMIGAS.

Nos conocimos trabajando, hace más de diez. Y nuestra amistad se fue fraguando poco a poco, como todo lo bueno. Tuvimos momentos en los que estuvimos más cercanas, otros en los que nos alejamos un poco. Nos hemos enfadado la una con la otra....quizá, más que "enfadado" diría que molestado abiertamente y nos lo hemos dicho en el momento y a la cara.

A estas alturas de mi vida, puedo afirmar tranquilamente que lo que más me une a una persona es compartir "malos" momentos que los buenos. Es una paradoja de esas que tiene la vida. Lo bueno debería unirnos más, se supone. Pero cuando compartes lágrimas, incertidumbre; cuando percibes al amigo ahí, a tu lado, fuerte como una roca, dándote apoyo...luego, lo bueno sabe a celestial. Y esa felicidad es la suma de todo.

Entre sus defectos (lo siento chata, es mi blog, y puedo escribir lo que quiera, jajajajajaja) es que a veces su tono de voz es más seco, borde, cortante de lo que ella pretende sonar en realidad. Tiene otros defectos, pero si ella acepta los míos, ¿tendré que hacer yo lo mismo con los suyos, no?

Tiene muchas virtudes, una de ellas, es que con una frase, que puede decirte mientras está removiendo su café, o fregando los platos, te toca el corazón, lo acaricia inundándote de cariño y dulzura. Y continúa con su tarea como si tal cosa.

Hace poco, mi amiga, tenía que coger un vuelo y yo, como buena amiga que soy, me levanté con ella a las 4h y la acompañé al aeropuerto. Mientras nos tomábamos un café, me soltó, así de repente: "eres mi mejor amiga" No me lo esperaba, y me dejó francamente tan perpleja que casi ni contesté. Pero me llevé de vuelta a casa la sensación tan cálida que me provocaron estas palabras. Previamente, la ví desaparecer tras el control de polícia, rumbo a romper con uno de sus miedos, y a enfretarse a una tarea que puede enseñar y hacer crecer a una mujer sobremanera. Mientras la veía mezclarse entre la gente, recordé que me gusta despedir y recibir a la gente en los aeropuertos y estaciones de tren.

Otro momentazo que me regaló ocurrió este domingo pasado. Mientras preparábamos el desayuno en la cocina de mi casa, yo cogí un bol de cristal y puse un poco de uva. Ella, mientras fregaba una taza, dijo sin apartar la vista del chorro de agua: "eres distinta" Yo, sorprendida, le pregunté que por qué, y ella me dijo porque ella no conocía a nadie que tomase uva para desayunar. Entendí a qué se refería. Aunque quise que me explicase un poco más esto. Se refería a algunas cosas que hago, a cómo vivo, a detalles que viven conmigo...fruto todo ello de mi pasado, de haber sido educada y haber convivido con personas...."muy viajadas" progres y con amplitud de miras, mezclado con personas completamente opuestas a las características que acabo de citar. Si le añadimos, mis gustos....tenemos mi casa, mi intimidad, mi forma de vivir, de ver la vida, y mi forma de empezar un domingo.

Como amigas que somos, hemos compartido cosas buenas y cosas malas. Ambas sabemos que el hombro de la otra está ahí, al igual que las orejas y las manos.
Ya lo sabes, pero quiero dejar aquí constancia para que lo sepan más personas: lo estás haciendo MUY BIEN. Y sabes que mínimo hay dos personas que estamos muy orgullosos de ello.

Gracias a tí....y por cierto: lo que tengamos que andar juntas del camino, lo voy a disfrutar con orgullo por contar contigo y por estar a tu lado.

Eres lo que eres. Somos lo que somos.

martes, 14 de septiembre de 2010

LA NIÑA QUE VIVE EN MÍ




"First love" Utada Hikaru

"The child in us" Enigma

Si algo he aprendido al convertirme en madre, es que los maestros absolutos de vivir el presente, son los niños.
Mi maestro zen, es mi hijo. Él no piensa en el próximo minuto, no imagina el mañana. Disfruta el presente.

Creo que los niños nacen así: con el Carpe Diem impregnado en el espíritu. Una huella que va perdiendo intensidad a medida que van creciendo.

En mi humilde opinión, un niño empieza a dejar de ser niño la primera vez que siente vergüenza o miedo. Los niños que no tienen miedo ni vergüenza pueden disfrutar plenamente, empaparse de la felicidad. Permanecer absortos en lo que estén haciendo cada instante, como si el tiempo estuviese congelado.
Por eso la risa de un niño gusta tanto, porque emite la vida pura que emanan aquéllos que permanecen ajenos al paso del tiempo: los más pequeños.

Me llama poderosamente la atención el hecho de que nacemos sin el sentimiendo "miedo" sin embargo, sí somos capaces de sentir amor/cariño/ternura/afecto hacia nuestra madre.

¿No crees que si el mundo es de alguien, sin duda no es de los que tienen miedo, ni de los que sienten vergüenza?
La vida hay que vivirla sin temor a nada, ni siquiera al ridículo. Sólo tenemos una oportunidad, un único disparo, una ocasión para hacerlo...bien o mal. Y precisamente por eso, porque la vida no es un ensayo general, hay que vivir apostando a por todas.

¿Verdad que no puedes enamorarte a medias? Nos enamoramos al cien por cien. Y creo que eso ocurre porque en el fondo, no nos convertimos en adultos gradualmente, no. Intuyo que lo que hacemos es poner capas, máscaras, disfraces, de manera que cuando nos enamoramos, es nuestro niño interior, el que nunca dejamos de ser, el que queda "desnudo" Aquél niño al que condenamos a permanecer en un discreto e injusto segundo plano, al que casi nunca escuchamos, vuelve a asomarse a nuestras ventanas del alma.

Nos construimos una falsa fachada con ladrillos, cartón piedra. Un muro tras el cuál queda lapidado, enterrado en vida tu YO. El espíritu que ríe sin complejos, que llora sin vergüenza al qué dirán, que vibra sin importarle si es correspondido. Por eso nos gusta tanto estar enamorados, porque le damos permiso al niño para que salga al jardín a jugar...las locuras que uno puede llegar a cometer cuando te enamoras tienen como capitán un ser diminuto con una voz blanca.

Y de repente tus días, adquieren la consistencia de un mundo irreal, ideal. Un mundo dónde todo es posible...Los sueños cobran vida propia, y nuestro niño toma una paleta de acuarelas con la que pinta un cielo verde pastel, con nubes amarillas; carreteras de asfalto violeta, un mar dorado, mariposas cuyo batir de alas impregna el aire de aroma de frambuesas...Contemplamos maravillados que sin importar la edad biológica, somos capaces de sentirnos pletóricos con solo una mirada; nos sigue fascinando el roce de unos dedos, nuestra piel recobra el tacto de un bebé ante una persona que vibra en nuestra misma frecuencia, y seguimos sonriendo con sólo oír una voz, como un bebé en el vientre de su madre.

Súbitamente, nos vemos imbuidos en una fábula dónde parece que en cualquier momento un conejo blanco nos apremiará a que le acompañemos a tomar el té.
Descubrir a un ser capaz de tomar en sus manos lo complicado, y devolverlo convertido en sencillez; saberse acompañada de alguien cuya alma, sonríe cada vez que se sabe junto a tí; comprobar que ni diez ni diez mil...los kilómetros se convierten en nubes que el viento puede barrer, dejando ante nosotros un lienzo sin tiempo ni distancia.

Si una energía ilimitada, impele tu cuerpo a no agotarse, y soportar estoicamente el paso de las horas, la falta de sueño porque compartimos la quietud de la noche junto a un alma cuyo hálito de alegría va impregnando las esquinas; si no dejas de sonreír, si tan sólo leer un email o un sms puede hacer que las lágrimas afloren a tus ojos (perlas cultivadas de felicidad contenida) si eres capaz de clavar el segundero a golpe de anhelos compartidos, de lanzar a años luz el  menor atisbo de nostalgia enmascarado en una nube gris con tan solo un parpadeo, de saber que no importan ni "quién", ni el "qué" ni "de dónde" sino, el reconocimiento de dos esencias de saberse frente a un igual al estar una delante de la otra,  y sobretodo, si crees firmemente en que lo que le pides cada mañana al universo, vibrando con cada palabra al formular el deseo, va a realizarse sin importar ni preocuparte el cómo o el cuándo...sin duda, tu niño sigue vivo en tu interior.

Y es feliz porque puede SER.



jueves, 9 de septiembre de 2010

HOSPITAL QUIRÓN


"Close to me" The cure

Tengo una tendencia innata al análisis crítico, exigir e intentar alcanzar el perfeccionismo...cualidades estas no muy "recomendables" para nadie que quiera vivir tranquilamente y caer bien a todo el mundo. Sí, interpretas bien: mi carácter, a veces me trae quebraderos de cabeza, y más a menudo de lo que quisiera, caigo bastante mal.

Entre otras cosas, porque soy muy puñetera, tiquis miquis...y me cuesta no manifestarlo abiertamente. Pero también es cierto, que tengo un sentido de la justícia exagerado, y que las injusticias se me atragantan como un café con sal.

No agradecer el trabajo bien hecho, es una injustícia. Resaltar los errores y pasar por alto la vocación de los profesionales de la salud, es una injustícia.
Y es que cuando se trata de la salud, ¿qué importancia tiene el dinero? Da igual si privado o público. Somos personas tratadas por personas.

El cariño, el calor humano, la delicadeza, la empatía, la amabilidad, son valores que se aprecian especialmente cuando nos encontramos vulnerables.

Ayer, fui operada en el Hospital Quirón a manos del Dr. Romero. Un joven cirujano de 32 años, tan atractivo como buen profesional. Y muy amigo del cachondeo, porque mira que le ha gustado hacerme reír, sabiendo lo que tiran los puntos...decirme que estoy guapísima con los pelos que yo llevaba ayer al subir de quirófano, sin maquillar y con esa bata azul marino de papel....tiene una buena vena cómica, es cierto. En cualquier caso Dr. Romero, el día 20, prometo ir peinada y vestida con ropa normal.

Llegué a las 11h y desde la administrativa que cursó mi ingreso, hasta la auxiliar de clínica que esta mañana ha cortado mi pulsera de identificación antes de abandonar la habitación, debo decir que todo el personal con el que he tenido ocasión de tratar, ha sido de una delicadeza, amabilidad, y simpatía sin mácula.

Un ingreso de apenas 24 horas, durante las cuales he recibido la visita de mi hijo de 3 años, acompañado de mi ex marido y un amigo suyo. Una visita de 1 hora, hay que comprender que un niño tan pequeño no puede estar mucho rato en una misma habitación sin hacer "nada"
Quiero decir con esto, que he estado sola la mayor parte del tiempo. Pero no me he sentido sola en ningún momento.

Como decía, tras realizar el trámite burocrático del ingreso en admisiones, subí a la 6ª planta, dónde me dirigí a la habitación 636. Muy agradable, tranquila, con luz y con buenas vistas.

En unos minutos, vino una auxiliar y me facilitó el equipo que debía ponerme para bajar a quirófano: una bata azul marino de papel-celulosa, un gorro, y unas bragas blancas diseño anti-lujuria 100%
Acto seguido, vino un camillero, con una melena llena de rizos rubios, ojos azules y un piercing azul celeste en la ceja izquierda que le favorecía mucho.

Ya en la puerta del quirófano, el anestesista, un colombiano de Medellín, cuyo acento catalán recordaba a un lleidetà y dueño de una simpatía que ayudó a disipar los pocos nervios que comenzaban a aflorar, y por cierto con un parecido notable con el ginecólogo que trajo al mundo a mi hijo, me dio a escoger: anestesia general o epidural. Yo, todo lo que sea huír despavorida de una aguja tamaño pértiga olímpica, que ha de llegar a la columna, me parece fantástico.

Una vez en quirófano, tras ponerme la vía (duele, no os voy a engañar) y administrarme vía intravenosa el "chupito de hierbas" a los segundos, me pareció oír algo de reagee, obviamente efecto del "chute" que me acaban de meter en el cuerpo. Una mascarilla de oxígeno y....zzzzzzz

Me desperté en reanimación 30' después al oír mi nombre varias veces, pero incapaz de contestar. Y con una ronquera que hacía mi voz susurrante. Me subieron a la habitación (el mismo guapo que me había bajado) y en seguida me administraron calmantes y más calmantes.

Para merendar me trajeron una botella de agua de 500ml (mmmmmm) ya que con la anestesia hay que ir con cuidado al reintroducir la ingesta. La cena pude hacerla normal.
Toma de temperatura, tensión, saturación de oxígeno (esa pieza gorda que te ponen en un dedo) regularmente.

Cada vez que entraban a ponerme más "chutes" por vena, pedía de ir al WC, ya que no podía ir sola si no quería ir a parar al suelo. Todas las veces han venido dos auxiliares, que amable y dulcemente me han acompañado al wc y de vuelta a la cama.

He pasado una buena noche, teniendo en cuenta que estaba recién operada. Y esta mañana me he alegrado al ver el café con leche y el crusán que me han traído para desayunar. Inmaculada, la enfermera que me ha traído una de las dosis de calmantes, ha intentado solucionar mi visión borrosa con un lavado ocular.

Sobre las 10h el Dr Romero me ha dado el alta hospitalaria emplazándome al día 20 para retirar los puntos.
A las 11h salía por la puerta con mi ex marido y un amigo.

Quiero agradecer y valorar al equipo de personas que han hecho que me sienta tratada con cariño y con una excelente calidad humana. Personal de recepción, auxiliar de enfermería, enfermeras, camilleros, cirujanos, anestesista (Romina, Meritxell, Gemma, Inmaculada, anestesista de Medellín, camillero de rizos dorados y ojos azules) Dra. Carles y Dr. Romero. Gracias a todos.

A pesar de que he estado sola, la llamada de amigos, los sms y los emails y la preparación previa psicológica, no me han dejado sentir la soledad con la que me he enfrentado a esta operación. Y puedo afirmar con absoluta certeza, que hay una lección más aprendida: no esperar nada de los demás. Sólo así podremos alegrarnos de corazón de lo que nos den.

Creo que enfrentarse a una intervención quirúrgica sin nadie a tu lado que te brinde apoyo moral, no es un plato de buen gusto. Pero con las herramientas adecuadas, que te tienes que fabricar tú mismo, pasar por semejante experiencia, te hace crecer y adquirir una cosnciencia que te ayudará a ver que somos más fuertes de lo que creemos.

También es cierto que yo tenía un as en la manga. Un apoyo a más de 8000km, que ha estado junto a mi cama con su pensamiento. Te he sentido.

Ahora a descansar, recuperarme y a esperar.

lunes, 6 de septiembre de 2010

REINA DE LA TRISTEZA Y DEL MIEDO


"King of sorrow" Sade

A tenor del plato de arroz basmati con salsa de tomate y las salchichas de frankfurt que me acabo de cenar, creo que lo sensato e inteligente es no volver a quejarme de que me sobran unos kilos.
Recuerdo cuando estaba embarazada, que llegó un momento en que decidí abandonar la lucha perdida por no engordar de aquella forma tan descontrolada...acabé pesando 20 kg más el día del parto. Durante el embarazo, decidí que cuando estuviera recuperada del parto, cuidaría mi cuerpo; y lo hice...un poco y durante un tiempo. Luego, poco a poco, me fuí relajando y permitiendo licencias cada vez mayores y peores para el sistema cardiovascular...

Últimamente (ya hace varios meses) la idea de hacer ejercico es persistente y ha comenzado a pasar por mis pensamientos a diario...pero sigo sin calzarme las bambas y moverme. Y es que me cuesta incorporar un nuevo hábito en mi vida.

Lector, tú ¿a qué le temes? Personalmente, cuando era pequeña disfrutaba metiéndome en el agua, y nadando hacia lo más profundo. Pero tenía que ser con alguien, ya que sola me daba miedo. Ese miedo me duró hasta bien mayor, de hecho creo que no me lo he quitado. En realidad no lo sé, hace mucho tiempo (unos 2-3 veranos) que no puedo ir a la playa a nadar hasta hartarme...y sin dudas algo que me da miedo es meterme en el mar de noche. La negrura del agua, el no ver más allá del metro y medio frente a mi...

No sé ni por qué he hecho esta introducción...no tiene mucho que ver con lo que me ha llevado a sentarme hoy a escribir.

La pena, tristeza, el bajón...estoy subida en un globo y de pronto ha perdido presión, y he descendido unos metros de forma abrupta.

Miedo a nuevos hábitos, miedo a lo desconocido...miedo a ¿qué? ahora mismo no lo sé bien. ¿Triste por qué sé cómo soy y en qué no puedo cambiar?
Podría ser posible que no cambien las personas, sino la forma en que se enfrentan a las situaciones, que al final acaban siendo repeticiones con modificaciones en el decorado y el reparto.

Miedo a lanzarse abiertamente, a caer al vacío sin saber qué o quién te espera abajo; miedo al ridículo; a pedir azúcar dónde sólo venden sal; miedo a enamorarte en 10 días, cuando lo "normal" es hacerlo en ¿cuánto tiempo....3 meses? Miedo a que las sonrisas desaparezcan.
¡Hay que ser muy valiente para querer volver a construir un castillo de arena, cuando el anterior lo derribaste tu mismo! Y si encima, tu compañero de juegos de playa, te dice que no cuentes mucho con él, que si a mitad de construcción, no le gusta cómo está quedando, igual se levanta y se marcha, entonces ya casí más que valiente, hay que ser un poco suicida. ¿Te lanzarías a jugar en la orilla del mar, con alquien que te dice que no sabe qué hará tras la próxima ola?

¿Quién tiene la llave? Me gustaría saber quién tiene el poder de hacer que todo sea fácil. Necesito que alguien le diga a mi cabeza hacía dónde debe dirigir su atención. Desfocalizar aquello sobre lo que ahora mismo estoy volcada en cuerpo y alma.
Quisiera poder chasquear los dedos y dejar la mente en blanco, los pensamientos congelados hasta que yo quiera. Pero no lo sé hacer.

Y mientras, me convierto a diario en mi animal fetiche y sueño que puedo volvar a dónde quiera, junto a quién desee. Ajena a todo, y envuelta en silencio. Despertando simpatía y ternura. Siendo admirada en su belleza, y casi envidiada en su desapego...la imaginación tiene el don de trasmutarlo todo.

Hoy el día, ha tenido una final agitado, casi bonito. Sólo unas gotas lo han enturbiado en sus últimos momentos.
Por suerte, en unas horas, ocurrirá algo que hará que esté distraída unos días...porque mi pobre cabecita necesita descansar.

NOTA: Aprender a controlar mis pensamientos, y no al revés. Si has conseguido dejar de exigir a los demás, esto también puedes hacerlo.

martes, 31 de agosto de 2010

CARPE DIEM

Gracias por votarme en el concurso de 20 minutos


"Will you still love me tomorrow" Amy Winehouse

14 de julio es la fecha de mi última entrada. Un mes y medio ha pasado desde escribí el manifiesto en defensa de una custodia compartida.


Las vacaciones tienen la culpa de este "silencio" virtual. Las vacaciones, y que si no vivo, no tengo nada qué decir.

Estas semanas me han pasado muchas cosas: problemillas en el trabajo, de salud, he disfrutado de las vacaciones, me marché de viaje, reencuentros familiares, he vivido situaciones hermosas y conocido a gente nueva.

Tener un blog y no poder escribir lo que yo quiera, no es que me guste demasiado, ni sea propio de mí. Lo que ocurre es que una de mis normas, es no hablar de terceras personas, no es ético airear la intimidad aquí de otra persona que no sea yo misma.

Así que hablaré en general y en particular sobre mí.


Carpe diem. Un concepto usado y desgastado, pero que encierra la fuerza de que lo único real es el presente.

Y viviendo ése presente, has vendido la película de que no quieres enamorarte. El universo, ha lanzado un golpe de efecto, y se ha sacado no sabes bien de dónde un escenario, sorprendiéndote de nuevo. Piensas y crees que vas un paso por delante, pero mientras te creías sentada en el patio de butacas, con sorpresa compruebas que estás en el escenario, y que él acaba de entrar en escena, sin hacer ruido pero llenándolo todo de luz.

Cuando menos lo creías, de quién menos lo esperabas. Y cuando todo está comenzando, mientras te dices a tí misma "no te apresures, no la cagues. Tranquila, disfruta del momento" Te das cuenta de lo mucho que ansías enamorarte, notar la compañía de las mariposas revolotear a tu alrededor, quedarte prendada y enganchada en una mirada, sentir adoración ante un rostro tan hermoso que sólo quieres acariciar, el divertimento de establecer el código de comunicación que será exclusivo de vosotros. El escalofrío que te recorre la piel al constatar en su mirada que adora tu cara, que se pierde en tu mirada...

Y si dices que entre miradas anda el juego, no vas desencaminada. Mirar a los ojos y quedar atrapados en una hipnosis de la que váis saliendo a regañadientes y entrando como llevados por una mano invisible.

Sin embargo,  y aunque no te guste, no sabes qué ocurrirá ni cómo. Sólo tienes el minuto presente. Atrápalo el tiempo justo, lo que tardará en escurrirse ante tu mirada.

No te hagas preguntas, no tengas miedo y déjate llevar. Fluye como una gota de lluvia sobre una hoja. No temas. No puedes remediar lo que ocurrirá, porque probablemente ya está decidido...así que limítate a vibrar, a sonreír, gozar y sentir. No te devanes los sesos pensando y queriendo etiquetar: sólo vive y siente.

Y si mañana se desvanece, si este es el último instante...vívelo así. Si mañana el día amanece sin memoria ni recuerdos, recuerda como eran tus días antes de soltar tu alma esta última vez. Y siéntete afortunada de haber disrutado de la felicidad una vez más. Porque el pasado se desvanece al ritmo que marcan las horas, se diluye en los sueños que brotan de tu almohada; y aunque sepas que lo compartido es tuyo para siempre, que nadie puede arrebatarte eso...el presente es implacable, avasallador, y con casi burlona sonrisa por saberse protagonista absoluto, lleva casi al olvido el ayer.

¿Mañana? Tal vez no llegue. Estamos demasiados fundidos en el tiempo y olvidamos que no existen ni ayer ni mañana. El mañana sólo es nuestro en sueños; cuando cruzamos los límites de lo real, de lo aceptado...un holograma que sólo gana intensidad y definición cuando su esencia irreal cae en el olvido.

No es malo guardar los acontecimientos para tí misma; es un tesoro de un día o para siempre...pero no lo expongas al juicio de terceros. Suéltate de los miedos porque nada malo va a ocurrir.

Carpe diem.