domingo, 14 de noviembre de 2010

UN SUEÑO, UN ENCUENTRO Y PENSAMIENTOS

 "Orchid" Alanis Morrisette


Cuida tus pensamientos...
… porque se volverán palabras

Cuida tus palabras...
… porque se volverán actos

Cuida tus actos...
… porque se harán costumbre

Cuida tus costumbres…
… porque forjarán tu carácter

Cuida tu carácter…
… porque formará tu destino


Y tu destino será tu vida

Mahatma Ghandi

Un domingo que he decidido tomarme para estar en silencio, observando mis pensamientos y advirtiéndoles de que aquí mando yo, y no ellos. Y me está resultando divertido. Eso de estar callada, y observando mis pensamientos tiene su qué.
Algunos son recurrentes de las últimas semanas, pero también hay nuevos. Al despertar, recordaba lo que había soñado (ahora ya no) pero concretamente una frase "ardo en palabras" y sé que en el contexto del sueño indicaba que tenía mucho que decir y muchas ganas de hacerlo. Y también a quién.

Hace unos cuantos años tuve un compañero de trabajo que me gustaba mucho. Yo, como era una cazadora, hice lo que sabía hacer, o lo que creía que sabía hacer, intenté que se fijara en mí. Pero de una forma torpe, directa y sin disimulo a sus ojos. El chico, no se sentía atraído por mí, pero era "yin" o lo que yo califico como persona reacia a manifestar sus deseos abierta y claramente. Y me dejó hacer...hasta que yo me dí cuenta por mi misma de que le atraía tanto como un filete de pescado hervido.

Con el tiempo, me dí cuenta de que me hacía falta practicar muchísimo más en la seducción. Pero de eso hablo otro día. Y siempre me quedó el recuerdo agridulce de haber hecho el ridículo a cambio de un paseo cogidos de la mano. Él tenía novia entonces (recuerdo su nombre)

Pues bien, todo este rollazo, para contarte que esta semana, esperando a cruzar un semáforo, lo ví cruzar hacía mi acera. Nuestras miradas se cruzaron directamente, pero él no me reconocío (y no lo fingió) yo, como si le hubiera visto el día anterior, le dije: "hasta luego Juan" (no se llama así, evidentemente) Volvió a mirarme, y pude ver los pasos que dio su cerebro:
1.- ¿Quién es esta?
2.- Me es familiar...¿de qué me suena?
3.- ¡Mírala! aquella chica...¿cómo se llamaba?

Entonces, esbozó una tranquila sonrisa (todo él era tranquilo) Yo no me moví de la acera, esperé a que él llegara. Estuvimos hablando unos minutos...¿tal vez cinco?
Rápidamente nos pusimos al día de lo relevante y no demasiado íntimo de nuestras vidas. Aunque yo, sí fuí un poco más allá dado que él me dio pie. Tampoco más allá, no vayas a creer. Me refiero a qué le hablé más de tú a tú, cruzando la fina línea de lo trivial y frívolo con que hubiera hablado a cualquier otro compañero de trabajo de aquél entonces.

Me dijo que se había casado, pero que no tenían hijos. Que lo estaban pensando y no se decidían. Yo le dije que estaba divorciada, que tenía un hijo, y le dije qué opino sobre la maternidad/paternidad. (Nota: no sé por qué siempre que tengo ocasión, manifiesto mi opinión sobre tener hijos, sabiendo que se sale de lo normal, de lo convencional, de lo políticamente correcto....ayer leí algo que me gustó: comparte tu experiencia con quién pueda recibir inspiración a través de ella, y me encantó)

Mientras charlábamos, le observé con detenimiento la cara, la expresión de sus ojos, su voz, intenté ver qué captaba de su energía...y llegué a una conclusión: no tenía que ser nada entre él y yo. Así que pude sentirme bien, y despedir la bruma con un ligero toque de melancolía con la que a veces le recordaba.

Últimamente ando dividida entre seguir con este blog o no. Por un lado, me gusta escribir, y me gusta explicar mis cosas entremezclándolas con mi punto de vista sobre ellas y sobre todo en general; pero no tengo tiempo y tampoco muchas ganas de seguir escribiendo. Y además, no me gusta el hecho de ver que hay personas que sólo leen. No me dejan comentarios. Me gustan los comentarios, no solo porque alimentan mi ego, sino porqué así puedo ver qué piensa quién me lee sobre mis escritos (si gustan, si no, si aburren...) además, y quizá esto es lo que más me mosquea, si veo que se me lee, pero no hay ningún comentario, la sensación de estar aireando mi intimidad en un balcón de la plaza mayor de un pueblo, es inquietante.

Sinceramente, creo que lo que me ocurre ya no es tan interesante como para escribir un blog sobre ello...o quizá se trate de que me abandonó la inspiración. Sería muy probable.

Así que no sé, supongo que todo tiene su momento, y el final de Mi plan de viaje ande cerca. Y es que al fin y al cabo, todo son etapas que abrimos y cerramos.

jueves, 4 de noviembre de 2010

¿Te imaginas?


"Imagine" Versión de la serie Glee


Me gusta imaginar un mundo dónde nadie fuera rechazado. Ni por su raza, su origen, o su condición.
Dónde no sintiéramos el dolor del amor no correspondido, ni la zarpa de la cobardía de las personas hiciera mella en nosotros. Por cobardía se han cometido injustícias y actos crueles.

Imagino que el miedo no existiera. Qué uno pudiera soñar y tener la capacidad de convertir sus sueños en realidad sin sufrimiento, y fuera capaz de valorarlo y disfrutarlo como si le hubiera costado sangre y lágrimas.

Me gusta soñar con un mundo dónde las relaciones entre las personas fueran sencillas, y unos y otros fuéramos atraídos por personas con idénticos sueños, y no acercarnos a personas que quieren lo opuesto a uno. Dónde todos fuéramos felices con lo que tenemos, ni más ni menos.
Un mundo en que no hiciera falta representar ningún papel, y dónde uno pudiese mostrarse vulnerable, sin el terror que una gacela solitaria siente en medio de la savanah, sabíendose con los minutos contados rodeada de leonas.

Imagina un lugar en el que llorar estuviera tan bien visto como reír.

Imagina el tiempo en que la enfermedad devastadora no destruyera a una persona antes de llevársela envuelta en restos de colgajos de la sombra de lo que un día fue.
Madres y padres, capaces de desarrollar vínculos sanos y amorosos con sus hijos; un mundo en que los niños no sintieran frío de amor, en que ningún niño quedase desprovisto de besos y abrazos cálidos.

Imagina un mundo en el que pudieras mostrar cariño y dulzura con la misma tranquilidad con que mostramos la indiferencia al dolor ajeno. Un lugar en el que las miradas de desprecio e indiferencia no existieran.
Sé capaz de imaginar un tiempo en que quedase prohíbido decir "te quiero" sin demostrarlo.

Un mundo en que la espera y la añoranza se vieran recompensados con creces. Dónde las lágrimas de tristeza, de miedo, de impotencia, se convirtieran en gotas de paz.

Imagina por un momento no volver a sentirte nunca más rídiculo ante la perplejidad de a quién le acaban de tomar el pelo.

Me gusta especialmente imaginar un mundo en el que dejaran de etiquetarme como soñadora o "rara" Aunque no me siento sola, porque sé que no soy la única soñadora o rara.
Imagina conmigo un mundo donde nadar contra corriente, hacer y vivir de forma diferente a "lo que toca" no estuviese mal visto.

¿Te imaginas poder coger lo que quisieras y que los deseos que pudieran hacerte daño no cobrasen forma ni siquiera en tu cabeza?

No tengo que imaginar que un mudo puede hablar, ni que un sordo puede oír, ni que un ciego puede ver. El amor puede comunicarse aún con algunos sentidos mermados. Pero imagina un mundo dónde nuestra capacidad de amar no se viera mermada por otros factores, como la cobardía, el miedo...

Seguiré soñando con todo esto y más; con un mundo dónde querer no equivaliese a poseer. Un mundo donde la libertad viviese más allá del diccionario y de los labios que la pronuncian a la ligera.

Nacemos libres y deberíamos vivir y morir libres. Imagina que vives tu vida en pos de ése objetivo: TU LIBERTAD


Y me recrearé en el micro universo perfecto que cada mañana se crea en el espacio existente entre la mirada mía y de mi hijo, segundos antes de que me diga: "te quiero más del mundo"

Dedicado a V.d.P. A veces lanzo mensajes entre líneas, y tú sabes leerlos. Gracias